La cuenca del Río Guadalajara se encuentra en la zona central del departamento del Valle del Cauca, está inmersa en la gran cuenca del río Cauca.  Tiene una importancia estratégica ya que alberga un área protegida de origen nacional (Reserva Forestal protectora de Buga).

El área total de la cuenca es de 30.979,31 hectáreas con un perímetro de 120.971,40 metros, con alturas que van desde 930 m.s.n.m. en su desembocadura al rio Cauca, hasta los 3750 msnm en el Páramo de Pan de Azúcar donde inicia la cuenca. Tiene una longitud de 36,2 kilómetros.  Por su distribución altitudinal, presenta el 66% de su área en la zona plana (Valle Geográfico del rio Cauca) y el 34 % en zona de ladera.

El río Guadalajara corre de oriente a occidente, desde su nacimiento en el Cerro de San José hasta su desembocadura en el río Cauca, recibiendo en su recorrido diversas corrientes de agua:

La pendiente es una variable que influye directamente en los procesos erosivos de la cuenca y restringe ciertas categorías de uso potencial del suelo. El 40.4% (12.502,94 hectáreas) del total de la cuenca presenta pendientes 25 y 50%, lo que indica que una gran parte de la cuenca presenta relieves fuertemente quebrados sobre todo en su parte media y alta. 

En este paisaje fuertemente quebrado se presentan usos con predominio de coberturas vegetales de pasto natural (6.814 hectáreas) las cuales si bien favorecen el escurrimiento superficial pueden traer consigo arrastre de sedimentos favoreciendo el desarrollo de procesos erosivos.  Dado esta condición se debe procurar su reconversión a sistemas de tipo silvopastoril o agroforestales en aras de mejorar su condición hidrológica.

Los bosques naturales son su uso potencial y son entre otras características, buenos reguladores del ciclo hidrológico pues disminuyen la lluvia neta, el volumen de escorrentía y el caudal de punta e incrementan la alimentación de capas subterráneas y el flujo base; por tanto, se debe procurar su conservación.

En cuanto al relieve, lo acentuado y su extensión hacen que en este ámbito se presenten el mayor número y diversidad de fenómenos morfo dinámicos.  Los procesos dominantes son fenómenos de remoción en maso como deslizamientos y en menor grado carcavamiento inactivo; como formas de acumulación depósitos de vertiente y flujos de lodo.  Esta zona debe estar en cobertura permanente para su protección. (CVC, 2011)

La tenencia de la tierra, la expansión de la frontera agrícola y ganadería ocasionan la perdida de la cobertura vegetal forestal, que, al ser remplazada por pastos, acentúa los procesos de compactación.  También el uso de agroquímicos acelera los procesos de destrucción de la capa vegetal. 

El desarrollo de procesos y actividades productivas que no corresponden con la vocación del suelo, como técnicas y manejo inadecuados, y la implementación de prácticas como la quema, rocería y excesiva mecanización han acelerado los procesos de salinización, mal drenaje, incremento de erosión y baja fertilidad de las tierras.  Esto trae como consecuencia el incremento de la presión sobre el recurso bosque y la búsqueda de otras prácticas como la tala de árboles para favorecer la economía local. (CVC, 2011).

El uso del suelo está dominado por el pasto natural (42.8%), asociado a ganadería extensiva.  En la zona media de la cuenca, el cultivo de café con y sin sombrío ocupa una mínima porción (0.2%), empujado hacia su desaparición por la ganadería extensiva.  El 27.1% del área de la cuenca corresponde a coberturas de bosques naturales en diferentes estados de sucesión, incluyendo los bosques de guadua y rastrojos, los cuales son explotados básicamente para la extracción de leña, estacones y varas.  Los bosques se encuentran ubicados hacia la parte alta donde las pendientes son altas y por ende de una limitada accesibilidad. (CVC, 2011)